Anderson Silva venció por decisión a un pálido Nick Díaz en UFC 183

Uno, para muchos, el más grande artista marcial de todos los tiempos, venía de una inactividad de más de un año, y una durísima lesión; el otro, "el chico malo", no peleaba desde hacía casi dos años, luego de dos derrotas. Según algunos, se trataba de una de las llamadas super peleas; para otros, era apenas un reconocimiento a dos grandes luchadores. Como sea, y dejando de lado esas polémicas, los fanáticos debíamos, al menos por un rato, poner el análisis a un costado y sentarnos a disfrutar de un choque fantástico, si no por la actualidad de los contrincantes, sí por lo que sus nombres implican dentro del deporte.
Anderson Silva en la esquina roja; Nick Díaz en la azul.

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La victoria de Silva fue clara, pero careció de contundencia.
La primera impresión que nos dejaron los segundos iniciales fue la extraña actitud de Nick Díaz: después de mostrarse extremadamente respetuoso en la previa de la pelea, dentro del octágono se mandó algunas payasadas fuera de serie. Pero eso, por suerte, no cuenta. Porque a la hora de "ir a los bifes", como suele decirse, era claro que el brasileño no solo tenía más velocidad, sino también más potencia.
¿Dudas acerca de la pierna izquierda, aquella que se quebrara un año atrás? Anderson se encargó de disiparlas: pateó fuerte, no solo arriba, sino también a las piernas de Díaz.
¿Cómo saldría Silva a la pelea? Fue claro desde el comienzo: con su clásico estilo elusivo, buscando el contraataque y por momentos cediéndole la iniciativa a un Díaz que no parecía dispuesto a tomarla.
Por eso la pelea se sumió, más de lo que esperábamos, en una quietud algo exasperante.

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Anderson pateó sin ninguna dificultad, borrando las dudas de sus fanáticos.
Y así pasaron los rounds... el primero, el segundo, hasta el quinto, y lo que vimos fue una constante: cuando Díaz se proponía atacar y conectaba algún golpe, Silva respondía con más violencia y precisión.
Del combate en sí es difícil hablar, porque lo cierto es que hubo más cautela que acción, y por parte de ambos.
Anderson hizo su juego: entrar, salir, moverse, intentar combinaciones explosivas... no con mucho éxito.
De Nick Díaz es difícil hablar. Resultó muy rara su pasividad, su quietud aun en los momentos finales, cuando era claro que había perdido al menos tres de los cuatro rounds. Hoy se lo ve con un pie y medio fuera del octágono. Es como si hubiera perdido la motivación para subir ahí y acabar con sus rivales. Indudablemente, le cuesta demasiado contra los peleadores elusivos, y ante Carlos Condit le sucedió algo similar.

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Silva fue superior en los intercambios.
A la hora de las tarjetas, al conocerse el fallo, Silva se emocionó hasta tal punto que se dejó caer en el octágono y rompió a llorar. Un llanto que para nada se limitó a la victoria, en todo caso, nada espectacular, de esta noche, sino a otra mucho más dura e importante: probarle al mundo, y sobre todo a sí mismo, que sigue vigente, que quiere volver y tiene con qué.
Pero no todo es color de rosa: porque el análisis profundo debe centrarse en la exigencia que Díaz, que "este" Díaz, representó. Desde acá creemos que Nick no resultó una medida real, una vara alta como para sacar una conclusión certera acerca del nivel de Silva.
Y si se había planteado la chance de que se le diera a la Araña la posibilidad por el título con una victoria ante Díaz, hay que admitir que esta victoria no lo ha ayudado mucho. Y, en consecuencia, que Silva necesita imponerse ante un rival más peligroso antes de embarcarse en un combate de título. En todo caso, no hay que olvidar de dónde viene Silva: de una quebradura terrible que, suponíamos, significaría el final de su carrera. Hoy ha vuelto, ha vencido con claridad, no con demasiada autoridad, pero le bastó para la prueba que este pálido Nick Díaz significó.

Estos son los otros resultados de la cartelera estelar de UFC 183.

· Tyron Woodley vs. Kelvin Gastelum - Peso wélter: Woodley por decisión dividida (29-28, 28-29, 30-27).

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Woodley conectó muy buenas manos, pero no convenció del todo.

La gente abucheó al finalizar el primer round. Y se debió a que, si bien ambos insinuaron, en ningún momento se animaron a ir con verdadera decisión hacia adelante, quizá temerosos de la respuesta de su rival. En el segundo round se los notó más sueltos y activos. Woodley castigó con puñetazos a la cabeza y al cuerpo, y llegó a conmover a Kelvin, quien estuvo bastante errático y, en su afán de ir al frente, recibió algunos buenos contraataques. Buen segundo round para Tyron. En el tercer asalto, consciente de que acaso iba atrás en las tarjetas, Gastelum mostró agresividad. Sin embargo, el impulso no duró demasiado, y de a poco la pelea volvió al ritmo del segundo round. De a ratos Kelvin retomaba la agresividad, pero en ningún momento contó con la precisión necesaria para poner en peligro a Woodley. De nuevo se oyeron los abucheos de un público que esperaba más de ambos, considerando que se jugaban una posible pelea por el título. Las tarjetas de los jueces decretaron ganador a Woodley, que queda muy bien posicionado en la división, y cuyo registro sube a 15-3.

· Joe Lauzon vs. Al Iaquinta - Peso liviano: Iaquinta por nocaut técnico en el segundo round.

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Al Iaquinta desgastó de a poco a Lauzon y lo finalizó en el segundo round.
Primer round parejo, quizás apenas favorable a Iaquinta, que estuvo un poco más activo y conectó mayor cantidad de golpes. No obstante, a la hora de apretar e ir a fondo, dio la sensación de que las combinaciones de puños de Lauzon implicaron más peligro. El segundo round empezó con una tónica similar a la del primero. Iaquinta golpeando y yendo hacia adelante, ante un Lauzon cada vez más estático. Los golpes de Al comenzaron a impactar con mucha más claridad que antes y sin dudas lastimaban a Joe. Haciendo gala de su enorme corazón, Lauzon se levantó cuando cayó, y se mantuvo en pie cuando debería haber caído. El árbitro detuvo la pelea quizá demasiado tarde, tras una avalancha interminable de puñetazos por parte de Iaquinta; el punto es que tratándose de Lauzon, siempre existe la posibilidad de que se rehaga y salga victorioso a último momento. Esta vez no pudo ser. Como siempre, gane o pierda, recibió mucho castigo, y esta vez le pasó factura. Con esta victoria, Iaquinta mejora a 11-3-1.

· Thales Leites vs. Tim Boetsch - Peso mediano: Leites por sumisión (triángulo de brazo) en el segundo round.

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Leites puso a dormir a Boetsch en el segundo round mediante un triángulo de brazo.
Estos dos no especularon en lo más mínimo. Se tiraron con munición pesada desde el mismo comienzo, buscando una definición rápida y contundente. Y si bien se repartieron los pasajes positivos, fue Boetsch quien terminó de mejor manera, por encima de su rival, luego de conectar algunos golpes. En el segundo, a pesar de que Leites trató de mostrarse más activo, los golpes más duros salieron de los guantes de Tim. Pero Thales pudo llevarlo a la lona, donde cerró un triángulo de brazo que casi obliga al tap de Boetsch. Tim luchó y zafó de la posición desfavorable; pero, haciendo uso de su excelente jiu jitsu, Leites volvió a ubicarse por encima e insistió con el triángulo de brazo, que esta vez fue implacable. Con esta enorme victoria, el récord del brasileño mejora a 25-4.

· Jordan Mein vs. Thiago Alves - Peso wélter: Alves por nocaut técnico en el segundo round.

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Thiago se repuso al tormentoso primer round y noqueó a Mein en el segundo.
Buen primer round de Mein. Salió con mucha movilidad y excelente precisión para conectar a Alves con diversidad de golpes, desde patadas al cuerpo hasta codazos, pasando por buenas combinaciones. El último minuto y medio del round fue un monólogo de parte de Jordan: con excelentes puñetazos y codos lastimó a un Silva que, sin embargo, aguantó con bastante entereza. Lo mejor que pudo pasarle a Alves fue la finalización del round. Porque empezó el segundo con aire renovado. Y allí fue que desplegó su arma más letal: las patadas. Con una de ellas hirió de mala manera a Mein, cuyo rostro fue la prueba indiscutida de que el combate ya estaba terminado. Jordan se refugió contra las mallas, y Thiago le encajó un rodillazo al límite de lo legal, seguido por puñetazos que decretaron el final de la pelea. Excelente recuperación de parte del brasileño, que escala posiciones entre los wélters. Ahora su récord pasa a ser de 26-9.

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