Menos de un año después de
su desembarco en UFC, Alex Oliveira protagonizará su primer evento principal,
ante Donald Cerrone, en el UFC Fight Night 83 de este domingo.
El camino de Oliveira al octágono
ha conocido de triunfos y tragedias. El "Vaquero" de Brasil se
enfrentó a horrores: el hambre, el asesinato de dos hermanos y una lucha en
solitario contra una banda para salvarle la vida a otro. Pero, como lo vemos, Oliveira nunca perdió la
esperanza ni su sentido del humor.
Nacido en Tres Ríos, una
ciudad rural de Brasil cercana a Río de Janeiro, Oliveira creció pobre y
trabajó con su madre limpiando casas a una edad temprana.
"Yo solía escapar de
la escuela para alimentar a los caballos y las vacas en una granja y empecé a
recibir dinero por eso", unos 50 centavos al día. Para evitar el hambre y
ayudar a su madre y cuatro hermanas en casa, dejó la escuela cuando tenía apenas
9 años de edad.
Los sueños interrumpidos
Antes de descubrir que
tenía un talento para la pelea, Oliveira perseguía dos sueños de la infancia.
En primer lugar, se había propuesto convertirse en jugador de fútbol, pero su "dureza natural" lo obligó a
elegir otro camino.
"Lo intenté, pero no
funcionó. Abandoné el fútbol después de romper las piernas de dos compañeros de
equipo. El primero de ellos pateó mi pierna y se la rompió; el otro fue por mi
culpa. Perdí el balón y lo golpeé, por lo que descubrí el fútbol no era mi
deporte".
A los 15 años, Oliveira
encontró una segunda pasión: montar a caballo.
"Empecé a participar
en concursos, pero como no tenía el dinero que necesitaba para comprar el
equipo básico, hice el mío propio. Todo lo que tenía era una cuerda, un
sombrero de vaquero y el guante de un hombre de la basura. Aun sin tener el equipo
básico, pude ganar un par de concursos y obtuve mucho más dinero del que podía
ganar trabajando regularmente durante un mes".
Debido a la falta de
patrocinio, Oliveira se vio obligado a abandonar este otro sueño. Después de su
fracaso en el fútbol y montar a caballo, descubrió su mayor talento de la manera más inusual: la pelea de él solo contra
una banda con el fin de salvar la vida de su hermano. Oliveira vivía en un
barrio violento. Dos de sus tres hermanos fueron asesinados —uno en un tiroteo,
otro apuñalado—, y él creció siendo protector de sus cinco hermanos sobrevivientes,
cuatro de ellas niñas. Un día, en un desfile de carnaval en su ciudad natal, el
hermano de Oliveira se involucró en una pelea con algunos miembros de la banda.
"Él fue golpeado en
la cabeza por una piedra, cayó inconsciente en el suelo, y comenzaron a atacarlo
como cobardes. El instinto de autoprotección me hizo volver loco".
A pesar de que estaba
solo, Oliveira no dudó en intervenir con golpes y patadas. Noqueó a dos de los
miembros de la banda y sacó corriendo al resto. Un luchador de MMA profesional
presenció el ataque e invitó a Oliveira a entrenar en su academia. En un
principio, Oliveira se molestó de que el luchador, a quien conocía desde hacía
años, no hiciera nada para ayudar. Un mes más tarde, sin embargo, decidió
visitar ATS, la academia dirigida por André Tadeu. Oliveira informó a Tadeu de
su deseo de hacer combates por dinero, por lo que el entrenador lo colocó en
una clase de muay thai. Pasó tres días haciendo sparring y viajando de
ida y vuelta al hospital.
"La tercera noche que
fui al hospital, la enfermera me preguntó: ‘¿Cómo es que estás necesitando una
vía intravenosa cada noche?'. Le dije: 'A partir de ahora, voy a empezar a
enviar otros pacientes para ti’".
La construcción de un
combate
Oliveira trabajaba en la
construcción cuando comenzó su entrenamiento de muay thai en 2011. Fue una
marcha lenta y, por lo tanto, le resultaba difícil alimentar a sus tres hijos
con el dinero que ganaba. Como resultado, puso sus habilidades de combate al
servicio de complementar sus ingresos. Tres meses después de su primera clase
muay thai, recibió $ 50 para su debut en el ring. Noqueó a sus primeros tres
oponentes y convenció a Tadeu de que era el momento de pasar a las MMA.
Impresionado con el potencial de Oliveira, Tadeu lo introdujo a la
livre luta.
En diciembre de 2011, el "Vaquero"
hizo su primera aparición en MMA y regaló un hermoso nocaut. El resultado de
tres de sus próximas cuatro peleas fue el mismo. En ese momento, Tadeu sintió
que era hora de llevar a Oliveira con Octavio Duarte y Phillip Lima, los
líderes de Tata Fight Team y
promotores de la organización Watch Out
Combat Show.
Duarte y Lima lo aceptaron
y le dieron a Oliveira una prueba dura en WOCS 25, el 12 de abril de 2013. Allí se
enfrentó al mucho más experimentado Wendell Oliveira Marques, en lo que sería
la primera pelea de corto aviso de su carrera. Oliveira entrenó
durante tres semanas para un evento que iba a ser transmitido en todo Brasil a
través del canal Combate. Fue un punto de inflexión para el "Vaquero".
A pesar de que perdió por
decisión unánime, Oliveira sorprendió a todos por atravesar tres rounds
difíciles contra un peso wélter respetado, que ya tenía 27 peleas profesionales
en su haber. En respuesta a su actuación, Duarte y Lima lo invitaron a vivir en
la residencia del Tata Fight Team, en
Río de Janeiro. Compartía una habitación con otros tres combatientes en el
barrio Ciudad de Dios.
De las frustraciones a los
contratos con UFC
Después de trasladarse a
Río de Janeiro, Oliveira peleó tres veces en cuatro meses. Duarte y Lima se lo
presentaron al matchmaker de UFC, Joe Silva, en las pruebas de aptitud para la
temporada 4 de "The Ultimate Fighter: Brasil". Oliveira nunca había
hecho el corte a 155
libras, pero vio la oportunidad de su vida delante de él
y aceptó el desafío. Fue elegido en las pruebas, pero pocos días antes del
viaje programado a Las Vegas para grabar el programa, decidieron quitarlo.
Duarte cree que fue debido a que desde UFC no creían que pudiera dar el peso de
manera consistente. La promoción decidió no correr el riesgo.
Aun así, el "Vaquero"
se mantuvo persistente, consciente de los tiempos difíciles que había tenido
que superar. Se concentró en sus peleas en Bitetti
Combat, WOCS, Face to Face y Coliseu Extreme Fight. Una semana después de haber vencido al ex concursante
de "The Ultimate Fighter, Joilton Santos, en febrero de 2015,
Oliveira recibió la invitación de corto aviso para hacer frente a Gilbert Burns
en un UFC Fight Night en Brasil. Tenía tres semanas para cortar 35 libras.
"Recuerdo que estaba
ayudando a mi primo a construir su casa, y 'Tata' Duarte me llamó para decirme:
‘Estás en UFC’”.
Oliveira entró a la jaula
como underdog y sorprendió a los espectadores al dominar al entonces invicto durante
dos rounds. A pesar de que fue sometido por una llave de brazo en el tercero, el
"Vaquero" había logrado llamar la atención de UFC.
Los “Bomberos” oficiales de
UFC
El enfrentamiento con
Cerrone no solo decidirá la identidad de "Vaquero" en UFC. Ambos
hombres han llegado a conocerse como “bomberos promocionales”, siempre
dispuestos a responder a la llamada para impulsar eventos como reemplazos de corto
aviso.
"Tal vez Cerrone haya
salvado eventos más veces que yo, pero él ha estado aquí más tiempo —dijo
Oliveira—. Yo seguramente tengo algún tipo de récord: cinco peleas en UFC con
menos de tres semanas para entrenar".
Sin importar el resultado
de su combate con Cerrone, Oliveira sigue siendo agradecido por los caminos a
los que lo ha llevado su carrera, siempre consciente de lo duro que ha sido el
viaje.
"Teniendo en cuenta
todo lo que pasé en mi vida, no me puedo quejar. Créanme, estoy agradecido de
que UFC me esté dando todas estas oportunidades. Espero que los jefes estén
pensando: ‘Si él está haciendo esto a corto plazo, imagina lo que puede hacer
cuando le demos tres meses para entrenar como todos los demás'".
De sueños cumplidos
Oliveira contó una
historia acerca de un sueño de no hace mucho tiempo.
"Cuando entré en UFC
en 2015, soñé que un día me gustaría ver mi foto en el cartel. Nunca imaginé
que sería a menos de un año de mi debut. Como ya he dicho, solo puede haber un
'Vaquero’. Mi arma está completamente cargada. Todo lo que puedo prometer es un
momento difícil para mi oponente y un buen momento para los aficionados".
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El Vaquero posa con su madre, a quien le regaló una casa. |
Y si de sueños se trata,
hace pocos días Oliveira publicó en las redes sociales un collage de fotografías
en los que mostró cómo, gracias al dinero que recaudó por sus buenas
actuaciones en la compañía, pudo cumplir la promesa de comprarle una casa a su
madre, que vivía en la pobreza extrema.
“La vida va mejorando”,
escribió el Vaquero en su posteo. Y la verdad es que, tratándose de él, nos
alegra mucho. Sin dudas, nos sacamos el sombrero
ante este caballero.